Esta es la versión del documento de antecedentes preparado para la Conferencia de Plenipotenciarios de 2018 en octubre/noviembre de 2018. Para ver la versión más reciente de este documento de referencia, pulse aquí.

Descripción general

  • Apenas la mitad de la población mundial tiene acceso y utiliza  Internet. La otra mitad no. La mayoría de los que no están conectados viven en países menos adelantados, países en desarrollo sin litoral y pequeños Estados insulares en desarrollo. Al ritmo actual de crecimiento, cada año aumenta en unos 195 millones el número de nuevos usuarios de Internet, pero persisten importantes brechas digitales entre los países, las comunidades y las personas más y menos conectados
  • Con una infraestructura y servicios de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) eficientes y asequibles, y con las competencias digitales, lingüísticas y sociales adecuadas, como el trabajo en equipo, las personas y las empresas pueden participar en la economía digital. Esto, a su vez, permite a los países aumentar su bienestar económico general y su competitividad.
  • Las personas y las comunidades conectadas están empoderadas. Pueden acceder a información, servicios de salud en línea y alertas de catástrofes que salvan vidas. Pueden pagar por bienes y servicios con sus teléfonos móviles, mantenerse en contacto con sus seres queridos, aumentar la productividad o realizar trabajos mejor remunerados que requieren competencias digitales.
  • Propiciar el acceso a Internet y su utilización por  todos los habitantes del planeta -y eliminar la brecha digital- sigue siendo un reto que se debe superar a fin de que la comunidad mundial pueda alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) para 2030.
Digital Inclusion for allConcurso de fotografía del Foro de la CMIS 2018 , Tribu Nagaland, Conectar el mundo, India

Retos

Sigue existiendo una importante brecha digital entre los países. De hecho, el 80,9% de los hogares en los países desarrollados tenían acceso a Internet en sus hogares a finales de 2018, lo que contrasta con el 45,3% de los hogares de los países en desarrollo.

Las brechas digitales también son evidentes dentro de los países. Los hombres, los residentes urbanos y los jóvenes tienen más probabilidades de estar en línea que las mujeres, los que residen en zonas rurales y los ancianos. La brecha digital de género es relativamente pequeña en los países desarrollados, más pronunciada en los países en desarrollo y sustancial en los países menos adelantados.

Las brechas suelen ser el resultado de una conectividad insuficiente o lenta, un coste elevado de la conexión o de la falta de contenidos pertinentes en los idiomas locales. Estos obstáculos suelen estar, por tanto, relacionadas con la edad, el género, la discapacidad, la situación socioeconómica y la geografía.

Soluciones

La infraestructura y los servicios de TIC eficientes y asequibles, combinados con entornos políticos y reglamentarios propicios, permiten a las empresas y a los gobiernos participar en la economía digital y a los países aumentar su bienestar económico general y su competitividad. Unos 20 países han hecho del acceso a Internet un derecho fundamental o del ciudadano.

La tecnología móvil está evolucionando rápidamente de la 2G -la segunda generación de tecnologías móviles- a la 3G y la 4G. A finales de 2018, el 90 por ciento de la población mundial tendría acceso a Internet a través de redes 3G o de mayor calidad. Se prevé que la adopción de las redes 5G por los países desarrollados aumente aún más la actual brecha digital, por cuanto probablemente los países en desarrollo tardarán más tiempo en desplegar las redes 5G. No obstante, los países en desarrollo pueden utilizar los ecosistemas y las redes existentes para proporcionar acceso universal y asequible a las TIC. Las redes móviles pueden mejorarse paulatinamente una vez que se hayan superado las dificultades para desarrollar un sistema 5G sostenible.

Los servicios por satélite proporcionan servicios fijos y móviles en todo el mundo. La armonización mundial del espectro móvil efectuada por la UIT, junto con la elaboración de normas internacionales comunes, ha dado lugar a economías de escala y su consecuente reducción de los precios de los servicios y dispositivos, tanto para las redes como para los usuarios finales.

Las redes móviles celulares dominan ahora la prestación de servicios básicos de telecomunicaciones. En los países en desarrollo, el número de abonados al servicio móvil celular se cuadruplicó con creces entre 2005 y 2017, llegando a 98,7 por cada 100 habitantes en 2017. En los países menos adelantados, el número de abonados al servicio móvil celular se ha multiplicado por catorce desde 2005, hasta alcanzar aproximadamente el 70,4 por cada 100 habitantes en 2017. En 2018, el número de abonados a la telefonía móvil celular era superior a la población mundial.

Las redes de Internet de banda ancha son una infraestructura nacional fundamental. Los servicios móviles de banda ancha, que tienden a ser más económicos que los servicios fijos de banda ancha, han aumentado rápidamente y constituyen el medio más común de acceso a Internet y a los servicios en línea. El número de abonados activos a la banda ancha móvil aumentó de 268 millones en 2007 a 5300 millones en 2018. En los países en desarrollo, el índice de penetración de los abonados a la banda ancha móvil llegó al 61 por cada 100 habitantes en 2018. En los países menos adelantados, este índice de penetración pasó de prácticamente cero en 2007 a 28,4 abonados por cada 100 habitantes en 2008.

A fin de utilizar Internet lo mejor posible, el usuario necesita competencias digitales, aptitudes de presentación y de trabajo en equipo y conocer idiomas extranjeros.

Contribución de la UIT a la inclusión universal y por doquier en la sociedad digital

La UIT actúa en todas las regiones del mundo y elabora programas adaptados para propiciar el acceso y utilización universales a Internet, en particular mediante el desarrollo de infraestructura para tecnologías y redes y la mejora del entorno reglamentario y de mercado.

En la Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT de 2014 se aprobó por unanimidad la "Agenda Conectar 2020 para el desarrollo mundial de las telecomunicaciones/TIC", con el fin de configurar el futuro del sector de las TIC. Esta Agenda establece la visión, los objetivos y las metas comunes que los Estados Miembros se han comprometido a alcanzar para 2020 en colaboración con todas las partes interesadas de todo el ecosistema de las TIC. La Agenda tiene por objeto alcanzar cuatro objetivos: 1) Crecimiento - Permitir y fomentar el acceso a las telecomunicaciones/TIC y aumentar su utilización; 2) Inclusividad - Reducir la brecha digital y lograr acceso universal a la banda ancha; 3) Sostenibilidad - Resolver las dificultades que plantee el desarrollo de las telecomunicaciones/TIC; y 4) Innovación y asociación - Dirigir, mejorar y adaptarse a los cambios del entorno de las telecomunicaciones/TIC. Se espera que la Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT 2018 examine los objetivos y las metas mundiales conexas y establezca las prioridades para conectar a quienes aún no lo están.

La UIT recopila estadísticas sobre las TIC de 200 países y más de 100 indicadores para comprender mejor los problemas de conectividad y evaluar y medir los progresos realizados, en particular en la banda ancha, en la utilización de Internet y en las redes móviles de banda ancha y redes celulares móviles. Proporciona acceso gratuito a numerosas estadísticas y recomendaciones sobre las TIC en cuanto a posibles opciones para superar las dificultades. La UIT publica el Anuario de Estadísticas y su emblemático informe "Medición de la Sociedad de la Información", que incluye el Índice de Desarrollo de las TIC (IDI) y la Cesta de Precios de las TIC (IPB).

La UIT sensibiliza y ayuda a los países a elaborar políticas, leyes, reglamentos y prácticas comerciales que fomenten la inclusión digital de las personas con necesidades especiales, como los pueblos indígenas, los habitantes de zonas rurales, las personas con discapacidad, las mujeres y las niñas, los jóvenes y los niños.

Para contribuir a reducir la brecha digital, la UIT también ha elaborado una serie de publicaciones, entre las que cabe destacar Reducción de la brecha de innovación digital, Internet universal y asequible en los países menos adelantados , y muchas otras.

A continuación se presentan algunos ejemplos que de cómo los gobiernos y el sector privado pueden aumentar la conectividad de los países y sus ciudadanos: 

  • Muchas iniciativas en África y en la región de Asia y el Pacífico afrontan el problema del acceso y la asequibilidad proporcionando acceso público asequible a Internet en zonas desatendidas utilizando tecnología fija, móvil o por satélite.
  • La privatización, la competencia y los operadores consolidados en Malí culminaron en precios más asequibles y, en consecuencia, en un aumento del número de abonados a la telefonía móvil.
  • El Gobierno de Colombia ha puesto en marcha un "Programa de subsidios para hogares de renta baja", que comprende un plan de subsidios para el acceso fijo a Internet en hogares de renta baja. Además, Colombia conecta por satélite las escuelas de las zonas rurales, con la ayuda del sector privado.
  • A fin de aumentar la pertinencia del contenido de Internet, el Gobierno de la India ha creado un portal en línea de información pública y servicios a la carta, que proporciona contenidos de interés local, como servicios expedición de documentos nacionales de identidad y pasaportes, empleo, así como información y servicios relativos a impuestos y pensiones.
  • Para mejorar las competencias digitales y, al mismo tiempo, ampliar la educación de calidad para todos, Kenya ha establecido un programa de aprendizaje digital para impulsar la educación primaria.
  • La UIT y el Gobierno de Tailandia han creado más de 20 centros de Internet rurales en todo el país. Los centros refuerzan las competencias en materia de TIC de los estudiantes, los jóvenes y las comunidades locales y ayudan a promover el desarrollo socioeconómico en algunas de las zonas más remotas del país.

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